Reconozco que una de las cosas que más me gusta en la vida es leer. No suelo tener mucho tiempo libre (tengo dos hijos ya me entendéis), pero el poco que tengo suelo usarlo para leer. Como herramienta de lectura utilizo un Kindle Paperwhite, que es sin duda el mejor gadget que he tenido nunca. Lo que hace, lo hace bien, y no hace falta cambiarlo cada año por reducción del rendimiento. Una joya. Para aprovechar el Kindle, estoy apuntado a los Kindle flash de Amazon, por lo que cada día llegan a mi correo tres o cuatro libros en oferta, que generalmente cuestan menos de 2 €. Con ese precio, muchos libros que no pensarías comprar, acaban en tu biblioteca virtual y por poco más de lo que cuesta un café. Lo bueno de estas ofertas, además de los librazos que encuentras a veces (Salamina, La trilogía de la Fundación, muchos de Brandon Sanderson etc.) es que puedes lanzarte a comprar libros del mal llamado género desarrollo personal o autoayuda.
Este género es bastante peligroso, porque puedes encontrarte libros de dudosa calidad con mucha frecuencia. Libros llenos de filosofía barata, o con gurús de alguna temática que no hacen más que dar consejos de sentido común, o directamente consejos inútiles. Así a ojo yo diría que cada diez libros de este género, solo uno o dos merecen la pena.
Pero a veces, de alguno de esos libros, puedes sacar algo interesante. De dos de ellos yo aprendí algunas cosillas para mejorar la memoria: Desarrolla una mente prodigiosa y Construye tu SUPERMEMORIA volviendo a ser niño.
¿Se puede desarrollar la memoria?
Con esos títulos, se podría pensar que los libros son el típico gancho para engañar incautos. Bueno, supongo que son cosas del marketing, y que los títulos tienen que ser llamativos para poder venderse bien. Aunque no todo en los libros es aprovechable (lo siento pero no consigo mejorar mi velocidad de lectura sin perder información), hay muy buenas técnicas y métodos para mejorar nuestra memoria. Y aunque parezca mentira, son válidas para cualquier persona. No hace falta tener una mente prodigiosa.
En uno de estos libros me tope con la historia de Joshua Foer, un periodista y escritor, que quería escribir sobre la gente que iba a los concursos de memoria. En esos concursos, los participantes tienen que memorizar barajas de cartas o largas series de números, y allí se fue el bueno de Joshua a ver como era aquello. El caso es que vio, que el concurso en si no era muy emocionante, ya que ver a gente memorizando no tiene que ser muy divertido. Decidió que para contarlo bien, tenía que hacerse concursante para contarlo de primera mano. Al año siguiente se presentó al concurso, y no solo le fue bien, si no que lo ganó. Os dejo un vídeo de una charla TED que dio. Es muy entretenido.
Una cosa que se puede desprender del vídeo, es que cualquiera puede mejorar su memoria. La gente que va a esos concursos no tienen supercerebros. Suelen ser gente normal, que utiliza métodos para memorizar más, mejor y más rápido. Lo curioso es que esos métodos no son novedosos. Algunos llevan milenios entre nosotros, como el de los Palacios de Loci que usa Joshua Foer en el vídeo, que es genial para memorizar esquemas o conceptos relacionados. El caso es que como tenemos toda la información a golpe de internet, estamos olvidando como memorizar de forma efectiva, ya que es algo que no necesitamos. ¿Para qué recordar un número de teléfono si tu móvil lo recuerda por ti? ¿Para qué recordar los ríos de España, si los puedes buscar en internet?
Algunas de estas técnicas, como los sistemas espaciados de repetición (SRS en inglés), se cuentan en los libros que he comentado antes. Si queréis más libros de este tipo, no dejéis de ver este enlace con los 25 mejores libros para mejorar tu memoria. En esa lista me he encontrado con un libro estupendo para aprender idiomas Fluent Forever, que hace uso extensivo de los sistemas espaciados de repetición, para aprender un idioma.
El sistema SRS que te ayuda a mejorar tu memoria
Un sistema SRS (Spaced Repetition System), es un sistema que se basa en la idea de los incrementos de tiempo crecientes para recordar algo. Básicamente tienes una tarjeta con la que aprendes algo: por ejemplo que dog en inglés es perro. Para no olvidarlo, el sistema te vuelve a preguntar al poco tiempo (digamos al día siguiente) qué significa dog en español. Si eres capaz de recordarlo, se lo dices al sistema, que guardará esa definición para mostrártela dentro de cinco días. A los cinco días, dog volverá a aparecer. Si no la recuerdas te la volverá a mostrar en poco tiempo, pero si lo haces, no la volverá a mostrar hasta dentro de muchos más días, porque entenderá que es una palabra que recuerdas. De esta manera, ** incrementando poco a poco el espacio de repetición, la palabra va quedándose fijada en tu memoria y solo la tienes que refrescar de vez en cuando**.
Este sistema que parece tan tonto, funciona de verdad. Para poder ponerlo en práctica solo necesitas utilizar Anki, un programa multiplataforma que te permite crear mazos con tarjetas para memorizarlos. Pueden ser definiciones, traducciones, o lo que quieras. El límite lo pones tú. Además creando una cuenta (gratis), tus mazos se sincronizarán entre dispositivos. Canela fina.
Por ejemplo si quieres aprender phrasal verbs de inglés, puedes crearte un mazo en Anki. Cada tarjeta, tendrá un phrasal verb en la parte frontal de la tarjeta, y su definición en el dorso. Aprender en base a texto puede ser duro, así que una cosa que ayuda mucho, como dicen en el libro Fluent Forever, es añadir una imagen a la tarjeta que signifique algo para ti. Ojo, que signifique algo para ti, no tiene porque significar algo para los demás. Si quieres recordar dog puedes añadir una foto de tu perro. Yo por ejemplo para recordar que break out en inglés puede significar escaparse (quizá de la cárcel), tengo esta tarjeta:
Igual no conoces a los hermanos Dalton, pero a mi de pequeño me gustaban mucho los dibujos de Lucky Luke, así que la tarjeta es fácil de memorizar para mí. Aunque en la página web de Anki puedes encontrar muchos mazos compartidos, yo solo los uso de base. La gracia está hacer los mazos tuyos, para que te sea fácil memorizarlos. Da mucho trabajo pero merece la pena.
Esto funciona porque nuestro cerebro funciona mucho a base de imágenes y creando asociaciones. Además el tiempo que pasas creando la tarjeta también queda registrado en tu cerebro, y más si has estado buscando en Google Images, imágenes divertidas de los hermanos Dalton.
Ahora tengo unos cuantos mazos para mejorar mi inglés, tengo otro para recordar los atajos de teclado de Emacs (chúpate esa Stallman), y seguramente iré creando más mazos. Con veinte o treinta minutos al día, me basta para practicar unas 200 tarjetas, entre tarjetas nuevas, repasos y fallos que vuelven a aparecer hasta que los recuerdas. Además como los mazos están sincronizados, puedo repasar en mi Androdid con AnkiDroid, o en mi ordenador (ya sea Ubuntu o Windows).
Para las personas como yo, que somos unos zotes memorizando cosas, esto no tiene precio. Pero si encima el precio es cero, las cosa es todavía mejor.
Además de usar un SRS, con estos libros de autoayuda he aprendido otras cosas interesantes. Como la de crear historias extraordinarias para recordar listas de palabras,representar números con palabras para que sea más fácil memorizarlos o técnicas para memorizar mazos de cartas para pegarles una paliza a tus colegas jugando al póker. Pero esto, lo dejamos para otro día.
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