Hace un tiempo leí un muy buen libro titulado Los 7 hábitos de la gente áltamente efectiva. En este libro, se detallan algunos hábitos que puedes seguir para ser más efectivo (y mejor) en muchos ámbitos de tu vida. Esto que suena un poco flipado, al final no es más que algunos consejos (generalmente de sentido común), para que hagas ciertas cosas de la mejor manera posible. De hecho, algunas de estas ideas son tan buenas, que hace poco compré a mis hijos la versión cuento infantil, de estos hábitos.
En uno de estos cuentos, aparece Sammy la ardilla. Sammy está continuamente aburrido. Nada de lo que le proponen sus amigos le apetece, y todo le parece un rollo. Al final, la abuela de una de sus amigas le dice que si está aburrido es porque él quiere. Hay muchas cosas para hacer en la vida como para estar aburrido. A partir de ahí Sammy se da cuenta de que echándole un poco de imaginación puede pasárselo bien. ¿Moraleja? Hay que ser proactivo.
¿Y a qué viene todo esto? Pues que si hay una cosa que me gusta de se programador, es que hay que estar continuamente aprendiendo. A nada que le eches un poco de imaginación puedes estar entretenido aprendiendo cualquier cosa. Ya sea un nuevo framework, un nuevo patrón de diseño, una kata etc. Las posibilidades son infinitas.
El problema es que aprender lleva tiempo, y por desgracia a día de hoy, el tiempo es finito. Un día tiene 24 horas y hay que “desperdiciar” unas cuantas haciendo cosas biológicamente necesarias, como dormir o comer. Otras tantas las tienes que emplear en tu trabajo, salvo que tengas mucha suerte y no necesites trabajar para vivir. Al final las pocas horas libres de verdad, las tienes que repartir entre tu familia, amigos y aficiones.
Últimamente se lee mucho por Twitter que los programadores deberían formarse en su trabajo y no en su tiempo libre. Si analizo la idea así en frío, pues estoy totalmente de acuerdo. El problema es que en la práctica, es algo bastante difícil.
La necesidad de formación
Yo creo que estamos todos de acuerdo en que un desarrollador de software debe formarse. Es cierto que hay gente que no lo hace y es totalmente feliz. Se pasan el día resolviendo más o menos los mismos problemas en su trabajo, y no se preocupan de más. El problema es que ante cualquier adversidad (como problemas en su empresa) este tipo de personas pueden acabar en un mercado laboral que no necesita sus conocimientos ya que seguramente estén obsoletos. Por poner un ejemplo, si eres desarrollador de ASP.NET y WebForms, es probable que tengas trabajo manteniendo aplicaciones, pero a la larga tendrás un problema. Cuando te quedes sin trabajo, al no haberte formado en otra cosa, es probable que te cueste subirte al carro tecnológico en ese momento.
Algunos podrán decir, que esa persona tiene muchos años de experiencia, lo cual es cierto. Lo que pasa es que no es lo mismo tener experiencia por hacer lo mismo durante 10 años, que tener 3 años de experiencia pero tocando varios palos y progresando continuamente.
Yo me he visto en el dilema de tener que buscar trabajo después de estar estancado haciendo siempre lo mismo y es muy duro. Te das cuenta de que no sabes nada, y de que deberías haber aprovechado mejor el tiempo. Es un golpe a tu autoestima.
Dónde adquirir la formación
En la era de internet, es muy sencillo acceder a casi cualquier tipo de información. Hay montones de plataformas de formación online, específicas para ciertas temáticas o generales para un público más amplio. Podemos acceder a cursos empaquetados e impartidos por desarrolladores contrastados, comprar libros sobre desarrollo y diseño, podemos acercarnos a un Meetup para charlar con gente que sabe de esto, o incluso podemos preguntar por Twitter a la gente que sabe. Y claro, también podemos formarnos en nuestro trabajo.
Al final el límite está en el tiempo y el presupuesto de los que dispongamos. La información está ahí, y suponiendo que tenemos el presupuesto, solo necesitamos el tiempo. Eso sí, siempre es interesante no caer en un hype y aprender cosas útiles.
Tiempo para formarse
Como decía al principio, lo ideal, en un mundo perfecto, en el país de la piruleta, sería que todos pudiéramos formarnos en el trabajo. Así dedicaríamos el tiempo justo a mejorar en nuestra profesión, sin quitarle tiempo al resto de nuestra vida personal. Pero eso tiene varios problemas:
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Si nos formamos en el trabajo, seguramente será en lo que nuestra empresa necesite. Lo ideal es que eso esté alineado con nuestros deseos e inquietudes. Si no es así podemos acabar frustrados aprendiendo cosas que no queremos aprender, y convirtiéndonos en un perfil que no nos gusta.
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No todas las empresas son iguales. Algunas no ofrecen formación. Otras solo ofrecen formación en cosas concretas y que venden. Hay muy pocas empresas que permitan a un empleado formarse en lo que quiera y cuando quiera. Y muchas menos que permitan a los empleados ir a eventos en horario laboral. Hay algunas empresas así, pero no es normal. Y no nos engañemos, tampoco es fácil encontrar un trabajo de ese tipo.
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No todas las empresas pueden asumir el coste de la formación. Nuestro país, es un país de PYMES. Si trabajas en una empresa que es pequeña, el coste de formación puede ser grande. Y aunque se lo monten bien y consigan formar a su equipo, se pueden encontrar con el problema de que tienen programadores “demasiado buenos” para poder pagarlos. Contratan a un programador junior, lo van formando, y al final acaba marchándose a una empresa con más recursos.
Lo que quiero decir con toda esta chapa, es que a veces nos encanta generalizar sobre nuestra profesión y dar consejos aplicables a todos. Pero la realidad no suele ser tan sencilla y hay casos para todos los gustos.
Hay gente que pueda formarse en su trabajo. Hay otros que quieren escapar de su actual empleo, pero que necesitan formación que deben adquirir por su cuenta, para poder conseguirlo. Hay otros que son culos inquietos y buscan aprender cosas diferentes de lo que pueden aprender en su día a día laboral. Hay gente a la que le encanta contribuir con proyectos Open Source, algo que es muy formativo, pero que tiene que hacerlo en su tiempo libre. En definitiva, hay casos para todos los gustos.
La formación es indispensable, pero creo que es algo que debe involucrar tanto a la empresa como al empleado. Una empresa que proporcione facilidades a sus equipos de programadores para formarse tiene mucho ganado. Pero también es importante que el programador y empleado, tenga curiosidad por aprender cosas nuevas.
Juzgar antes de conocer
Una cosa importante. Lo que si es un error terrible, es juzgar a cualquier desarrollador por lo que hace en su tiempo libre. En muchos sitios se tiende a pensar en que si no tienes repos de GitHub, algún pet project funcionado, o no colaboras en proyectos Open Source, no eres nadie. Nada más lejos de la realidad. Hay gente que no hace ninguna de estas cosas y son grandes profesionales. Ser visible, no quiere decir que seas mejor programador que alguien que está más en el anonimato.
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