Hace unas semanas se lió un pollo interesante en internet, a raíz de un comentario de Javi Santana, ex CTO de Carto. El tuit en concreto era este:
Se nos llena la boca con la productividad pero te das una vuelta por cualquier sitio donde haya unos cuantos desarrolladores y no falla la ventana de WhatsApp o Telegram en la mayoría de pantallas 🤔
— javi santana (@javisantana) 21 de febrero de 2018
El tuit creó mucha polémica porque algunas personas interpretaron que se estaba metiendo con los curritos de a pie (aquí los developers). La verdad es que no le conozco personalmente, así que no sé que es lo que pretendía decir realmente. Lo que si puedo decir es que comparto el sentido original del mensaje, y es que Telegram, Whatsapp y en general las notificaciones, matan la concentración y nos hacen menos productivos.
Ojo, en este post no quiero entrar a valorar temas complejos como la medición de la productividad o gestionar productividad en un equipo, si no productividad de forma personal de cada uno. En general como personas individuales, somos capaces de decir si hemos tenido un día productivo o no. Igual no lo has tenido porque te has atascado con algo, te han interrumpido muchísimo, o simplemente has tenido un mal día.
Y ahora sí, vamos al grano y hablemos de deep work.
Deep work
Como ya os he contado alguna vez, me gustan mucho los libros para flipados. Hace un mes terminé de leer un libro de este “género” que me ha gustado mucho. El libro se llama como el título de este post (o más bien al revés) Deep Work: Rules for Focused Success in a Distracted World.
Cal Newport es profesor universitario, y a lo largo del libro nos va contando su teoría: estamos perdiendo la capacidad de concentrarnos. Es más, según él, las personas que son capaces de concentrarse de forma intensa para resolver una tarea (es lo que él llama Deep Work) tienen una ventaja competitiva, ya que son capaces de aportar más valor. Está claro que en un mundo globalizado, ser capaz de aportar valor en tu trabajo es una característica importante.
Cuando tenemos que realizar a cabo tareas difíciles, necesitamos concentrarnos para hacerlo de forma efectiva. Si estás distrayendote cada 15 minutos, no lo vas a conseguir. Y esto es lo que se favorece hoy en día. Cada día estamos más distraidos, aunque creamos que no y poco a poco vamos perdiendo la capacidad de concentrarnos. Es cierto que no puedo hablar por todo el mundo, pero si puedo hablar por mi, y diría que yo si es algo que sufro a menudo.
Un mundo que nos distrae
Es indudable que el número de cosas que nos distraen hoy día de nuestras tareas es enorme. Y en general todas están centralizadas en un solo dispositivo: el teléfono móvil o smartphone. Este cacharrito que se ha hecho indispensable hoy en día, y su sistema de notificaciones, hace que lo estemos utilizando cada poco tiempo. Las aplicaciones que tenemos instaladas luchan para atraer nuestra atención. WhatsApp, Telegram, Facebook, Twitter, el correo electrónico, Slack … La lista es interminable. Para complicar las cosas muchas de estas aplicaciones tienen versión de escritorio, por lo que también quieren atraer nuestra atención cuando estamos trabajando delante del ordenador.
No quiero criticar las aplicaciones o las redes sociales. No quiero decir que debéis de daros de baja de todo e iros al monte a vivir. Lo que yo queiro decir, es que hay que ser consciente de que estas aplicaciones son un foco de distracciones y actuar en consecuencia. Todas están diseñadas para que las consultemos a menudo y para que pasemos el mayor tiempo posible en ellas. De ello depende su existencia, así que se lo curran mucho para conseguirlo.
Pero no todas las distracciones provienen de internet. A veces son nuestros propios compañeros los que nos distraen. Otras veces es el entorno, con ruidos y tonos de voz altos. En ocasiones hasta nuestro jefe es quién viene y nos distrae. Y si tienes hijos, pues sabrás que estos te distraen cada 5 minutos.
¿Yo creo que está claro no? El mundo quiere evitar que trabajemos concentrados.
Conseguir la deseada concentración
Básicamente para conseguir concentrarnos de forma profunda y durante bastante tiempo necesitamos evitar distracciones. Y ya está. La concentración es algo que se puede ir entrenando, por explicarlo de alguna manera. Cuanto más lo practiquemos, más fácil será llegar a ese estado de concentración y mantenerlo en el tiempo. Como os he comentado antes, las distracciones nos rodean, así que para evitarlas podemos seguir distintos métodos:
Aislarse completamente durante largos periodos de tiempo
En el libro Cal Newport nos da el ejemplo de Alexander Hamilton, que en su época pasaba mucho tiempo aislado para dedicarse a su trabajo. Esta es la técnica definitiva. Te vas al campo, sin ningún tipo de distracción y seguro que consigues mejorar tu concentración. El problema es que esta forma de conseguirlo es bastante complicada para la mayoría de las personas.
Aislarse completamente en algunas épocas del año
Como os decía antes, Cal Newport es profesor de universidad, así que su trabajo se mueve entre dar clases y escribir ensayos. Cuenta en el libro, que lo que hace es dedicarse a las clases durante el curso y dar un periodo de puertas abiertas a sus alumnos para poder contactar con él (unos meses al año). En otra época del año, se encierra en su despacho para investigar, escribir y en general hacer aquello que para él produce valor. En esa época no está disponible para los alumnos y apenas para sus compañeros.
Time Blocking
Los métodos anteriores van ligados necesariamente a algunos tipos de trabajo. Pero para nosotros los programadores, y en general todos los trabajos de oficina, es algo difícil de conseguir. Para eso podemos seguir la técnica de time blocking.
La idea es que bloquees ciertos rangos de horas en tu jornada para dedicarte al deep work **. Por ejemplo si tu jornada empieza a las 8, puedes dedicar de 8 a 11 a trabajar concentrado y sin distracciones. En esos momentos no estás para compañeros, no estás para móvil, no miras Twitter, no miras el correo. Nada. Solo consultas el material que necesitas para llevar a cabo la tarea que estás haciendo. Aquí es importante destacar que **la tarea debe ser una tarea concreta. No varias, porque la multitarea acaba distrayéndote y haciendo que seas menos efectivo.
Estos bloques los puedes distribuir a lo largo del día, de manera que dejes huecos entre ellos. Hay que tener en cuenta que la vida cambia constantemente, y por tanto es posible que debamos reprogramar esos bloques. No hay problema, se mueven a otro momento del día, o incluso a otro día y listo. Lo importante es que durante un bloque hay que evitar las distracciones.
Tanto para el time blocking como para las otras técnicas, puede parece que lo que tienes que hacer es abandonar tu vida y estar todo el tiempo trabajando. Nada más lejos de la realidad. Si tu jornada es de 8 a 17, tienes que respetarla siempre, y ser consciente de que las distracciones deben ir en periodos que no sean de concentración. En el libro Newport cuenta que él solo trabaja hasta las 17 y dedica el resto del tiempo a disfrutar de su familia y de sus hobbies.
Trabajo superficial y trabajo que aporta valor
Todo esto del deep work está muy bien, pero no sirve de nada si no hacemos el trabajo adecuado. Todo tipo de trabajo suele poder dividirse en dos tipos diferentes: trabajo que aporta valor, y trabajo superficial. Como desarrolladores nuestro trabajo de valor es desarrollar aplicaciones, solucionar bugs o refactorizar código existente. Trabajo superficial es responder a Slack, responder correos electrónicos o asistir a reuniones.
Obviamente si queremos tener contento a nuestro jefe (o a nuestros clientes si trabajamos para nosotros mismos), deberemos cumplir con los dos tipos de trabajo. Pero que cumplamos con los dos, no quiere decir que acabemos enredados en el trabajo superficial y nos hagamos menos productivos. Hay que tener en cuenta en qué somos buenos, en qué marcamos diferencia e intentar utilizar la concentración para producir más trabajo de este tipo. En definitiva hacer bien aquello por lo que te pagan.
El time blocking puede ayudar a esto, ya que hay periodos en el que priorizaremos la concentración, y otros que dedicaremos al trabajo superficial. Y así todo el mundo contento. Lo único es que tus compañeros tienen que entender que habrá periodos en los que no estés disponible. Y aquí enlazamos con los espacios abiertos
Oficinas con espacios abiertos
En estos últimos tiempos se han popularizado mucho los espacios abiertos en las oficinas y se han demonizado mucho los despachos. Está claro que tener una oficina abierta es ideal para fomentar las relaciones entre equipos, pero también es cierto que hay muchas más distracciones. Compañeros hablando, gente que habla por teléfono, incluso teléfonos sonando. Puede ser algo muy molesto. Además al tener los espacios abiertos, todos sentimos la necesidad de solucionar dudas y problemas al momento. Tenemos al compañero a la vista, así que si queremos preguntarle algo, lo hacemos. Y entonces le distraemos y le sacamos de su concentración.
Lo ideal sería combinar los espacios abiertos con la posibilidad de poder aislarse cuando sea necesario. Si alguien tiene una tarea difícil y tiene que concentrarse, estaría bien que pudiera irse a una sala él solo para poder concentrarse al máximo.
Si esto no es posible, siempre tenemos el truco de los auriculares. Si ves a un compi con auriculares, quizá es porque esté concentrado. Intenta no molestarle y guardar la pregunta para otro momento. El caso es que hay equipos que estandarizan esto y utilizan una señal para decir que un compañero está concentrado. Pueden ser los auriculares o puede ser un muñequito en su mesa. En ese tiempo el compañero no está disponible y deberemos respetarle. No suele haber nada tan urgente como para romper su concentración.
Conclusión
El mundo de hoy en día está continuamente distrayendonos. Es fácil perder la concentración por mirar el móvil, Slack o el correo electrónico. Esto hace que poco a poco perdamos la capacidad de concentración, cuando esta es la que más nos ayuda a resolver tareas complejas. Las personas que son capaces de concentrarse durante largos periodos de tiempo son capaces de aportar más valor a su trabajo, de forma más consistente y continua.
En definitiva, intentar distraerse menos e ignorar las distracciones durante periodos de tiempo nos ayudará en nuestro día a día.
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